Todo
viaje siempre tiene la anécdota de la ruta, lo malo es que si encadenas
demasiadas puedes caer en desgracia. El trayecto que decidimos hacer entre
Friburgo y Speyer nos dio un buen quebradero de cabeza! L. Dado que el pronóstico del
tiempo no era favorable decidimos adelantar las visitas familiares así que nos
disponemos para mover la caravana prematuramente hasta Speyer. Es un pueblecito
encantador situado entre Heidelberg y Mannheim.
El caudal del Rin por encima de la media |
Calculamos
unas 2 horas de viaje, así que quedamos a medio día con la familia justo
después de instalar la caravana. Según el mapa instalado en el GPS
(tengo unos POI’s que hasta ese dia confiaba mucho) tiene un camping y por muy malo que sea creemos que puede tener justo lo que necesitamos para pasar unos días entre visitas familiares y acercarnos al playmovil fun park. Si nos quedara tiempo nos podemos acercar al museo tecnológico que por fuera tiene muy buna pinta.
(tengo unos POI’s que hasta ese dia confiaba mucho) tiene un camping y por muy malo que sea creemos que puede tener justo lo que necesitamos para pasar unos días entre visitas familiares y acercarnos al playmovil fun park. Si nos quedara tiempo nos podemos acercar al museo tecnológico que por fuera tiene muy buna pinta.
Es
asombroso como el Tom-Tom (Berta para los amigos) puede hacerte travesuras,
pero cuando andas con caravana no es nada gracioso:
- Para empezar me indica el camino del camping de Speyer. A la llegada al pueblo me envía a un camino sin salida donde acaba en una finca, pasaba un riachuelo por el medio. El camping queda justo al otro lado del río asi que los dueños de la finca me indican muy amablemente el camino para llegar sin problemas, como no nos entendemos mucho les dejo mi Tom-Tom para que introduzcan el nombre de otra calle que da acceso al camping.
- La segunda travesura nos la da en toda la frente, para salir de la finca me lleva por una calle muy estrecha y en obras. Para poder salir del embrollo me tocó desenganchar la caravana (con la atenta mirada de los operarios sin mover un solo dedo, solo uno finalmente arrimó el hombro). Ya van dos…
Después de más de 2 horas de coche,
maniobras y empujar la caravana, al llegar al camping de Speyer (nos costó
mucho) nos damos cuenta que un camping típico alemán fuera de las zonas
turísticas no cumple con los mínimos que esperamos. Nos atiende una mujer mayor
que no entiende el inglés, las instalaciones no cuentan con duchas y no nos
aclaramos con el precio. Es medio día y literalmente me echan del “camping” sin
poder darles de comer a los niños (viva la hospitalidad alemana), decido ir al
destino que teníamos de reserva, Manheim tiene 2 campings, es una ciudad
industrial sin más pero puede irnos muy bien por la ubicación. Total solo
podíamos un lugar para poder dejar la caravana y limpio para asearnos.
Cuando
llegamos al camping de Mannheim nos encontramos de nuevo el típico camping alemán:
un lugar donde aparcar la caravana sin duchas. Esta vez si que pude hablar con
la dueña, pero nuevamente no nos dejaron quedar, esta vez era fuerza mayor ya que se esperaba
una subida del nivel del agua del río Rin (lo tenía a escasos metros) debido a
las lluvias repetidas río arriba y el pronostico era de mas lluvias, los dueños no aceptaban campistas
por riesgo de inundaciones. Como ya era tarde, muy amablemente (por fín), nos
dejan estar un rato para descansar y comer. Nos recomiendan ir a Heidelberg, allí no esperan problemas con el agua.
En este
último destino nos pudimos quedar, ya que el río que bordea el camping es el Neckar
(al borde de los ríos sueles encontrar muchos campings). El camping es demasiado simple las parcelas que nos tocan se asemeja
más a un camper área que a un camping. Los servicios y las duchas no son de
nuestro agrado, aunque nos conformamos. A esas horas y después de 6 horas de transito quién
tiene ganas de buscar otro lugar!
Este relato forma parte de mi viaje a la Selva Negra Clica aqui para acceder al resumen de todo el viaje.
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